domingo, 1 de febrero de 2015

Trabajo de campo (V): El Príncipe, el polígono del Tarajal, y las mujeres porteadoras.

"Cuanto más nos separamos de nuestro entorno, más dependemos de la vigilancia del mismo"[1] (Gumpert y Drucke)


Mantener al día un blog, mientras se está elaborando una Memoria, a veces resulta un poco más complicado de lo habitual, sobre todo si se trata de un trabajo que has de entregar en un plazo determinado a la institución con la que has suscrito un contrato. Pero las ganas que tengo de publicar un nuevo post y un suceso reciente en la ciudad de Ceuta que ha dado mucho que hablar en los medios (especialmente en las redes sociales), me ha devuelto al teclado de mi pequeño, viejo y destartalado netbook.

Me estoy refiriendo, por supuesto, al programa “En tierra hostil”, emitido en Antena 3 el día 20 de enero de 2015 (Marruecos) y a todas las nefastas consecuencias de su salida al aire. He de decir que a mí personalmente el enfoque de Jalis de la Serna en su espacio televisivo, no me gustó y me decepcionó. Ya había visto en anteriores ocasiones "Encarcelados" (sobre las cárceles y presos españoles en el extranjero), y la verdad es que guardaba un buen recuerdo de ello. Por eso, estaba expectante el día de la emisión en mi casa, armada con mi pijama y zapatillas, ya que iban a  tratar un tema que no toco en mi tesis, pero que me interesaba precisamente por haberlo comentado con varias de las personas que conocí a ambos lados de la frontera sur. Y, obviamente, cada una de ellas, tenía su propia opinión y enfoque particular.

Entrada a la barriada del Príncipe Alfonso (a la derecha) y polígono del Tarajal (al fondo-izq.)

Desde mi punto de vista, que es el de una estudiante en proceso de formación, considero que haber vivido sólo tres meses en Ceuta no me convierte en una gran conocedora del entorno, por mucho que haya hecho observación y haya entrevistado a mucha gente[2]. Además, en estas estancias, justo cuando te estás marchando, es cuando comienzas a comprender muchas cosas[3]. Lo mismo me pasó cuando volví de Tijuana. Sin contar el “enganche emocional” al que me he visto sometida en ambas ocasiones. Cuando llegué a Valencia, aunque extrañaba mi cama, me entró una "morriña" inusitada y siempre estoy pensando en que ojalá la vida me regale la oportunidad de volver a estos dos sitios. De veras que me atraen los espacios fronterizos…

Parada del bus que llega hasta el paso fronterizo del Tarajal. La zona está llena de pequeños comercios y casas de cambio. A nosotros nos recordó al paso fronterizo de Tijuana-San Ysidro. A última hora de la tarde se respira una calma que no es habitual a lo largo del día.