viernes, 10 de enero de 2014

Postales de Tijuana, B.C. (I): breve aproximación geográfico-histórica.

1. El Estado de Baja California.

El Estado de Baja California se sitúa en la región noroeste de la república de México, y en la parte septentrional de la Península que lleva su mismo nombre. Se extiende desde Tijuana, cerca de la frontera con EE.UU, hasta Cabo San Lucas. Se divide, a su vez, en los estados de Baja California Norte y Baja California Sur, y está bordeado por el Océano Pacífico (al oeste), por el río Colorado y por el Golfo de California (al este), también conocido como el "Mar de Cortés". Según los datos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)[1], Baja California Norte tiene una extensión de 71.450 km2, lo que equivale al 3.6% del territorio nacional. Está conformado por cinco municipios: Mexicali (capital del Estado), Tijuana, Tecate, Ensenada y Playas de Rosarito. Conforme al último censo efectuado con fecha 2010, la población total ascendía a 3.155.070 de habitantes, lo que constituye el 2.8% del conjunto del país. La distribución de población mayoritariamente es urbana (92%) y sólo un 8% rural, siendo las industrias manufactureras el sector de actividad que más aporta al PIB estatal.   

Fuente: ©RB-DESKKART 
http://www.welt-atlas.de/map_of_baja_california_8-240
                                                                                                      

2. Tijuana.

Tijuana es el municipio más occidental de México, el más poblado de Baja California y el tercero de todo el país, con 1.559.683 de habitantes según el Segundo Conteo de Población y Vivienda del año 2010 realizado por el INEGI. Se ubica a 170 km al oeste de Mexicali, y es conocida como “La Puerta de México” o “La esquina de México”, razón por la cual en el emblema de la ciudad puede leerse la siguiente leyenda: “Aquí empieza la patria”.
Tijuana, es una ciudad fronteriza cuya historia está ligada a la de los EE.UU, y muy especialmente a la de San Diego. En 1848, tras la firma del Tratado de Guadalupe-Hidalgo, que puso término a la Guerra de Intervención Estadounidense de 1846, México perdió la Alta California, y se trazó una nueva línea divisoria internacional, tras la cual quedó el Valle de Tijuana, pasando así a formar parte de la Baja California. Este Tratado también supuso para México la pérdida de 2.378.539 km2 de territorio a favor de los EE.UU, (incluyendo California), Arizona, Nuevo México, Texas y parte de Colorado, Nevada y Utah. A cambio, se estableció como medida compensatoria que los Estados Unidos pagara 15 millones de dólares por los daños causados al territorio mexicano durante la guerra. 


Fuente: Sodro Cedeño, Reynaldo y Sierra Moncayo, María Julia (2010) Atlas conmemorativo 1810, 1910, 2010. http://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Guadalupe_Hidalgo#Referencias
Testimonio de dicho acontecimiento y del nuevo trazado fronterizo, es el monumento en forma de obelisco, conocido como la “mojonera nº 258”, situado en la Delegación Playas de Tijuana. Éste fue el primero de los colocados en 1851, (y remodelado en 1894), fruto del proceso de instalación de mojoneras a lo largo de la frontera por parte de la Comisión Binacional creada a tal efecto, y cuyo punto de partida era el Río Colorado hasta llegar al Río Grande (Río Bravo del Norte). En el caso de Tijuana, el trazado llegó hasta la costa del Océano Pacífico, en la Bahía de San Diego.


Cara frontal de Mojonera nº 258



Cara Norte 

Cara Sur 

Tijuana se constituye en la actualidad como el mayor núcleo urbano transfronterizo de tales características, con una población que alcanza los cinco millones habitantes (sin tener en cuenta la población flotante de Tijuana). Pero, no se tratan de ciudades hermanas, sino que ha existido siempre entre ellas un crecimiento desigual, que refleja una marcada desigualdad y asimetría entre el norte y el sur propia de los espacios fronterizos (Hualde, 2004). Sin duda, puede decirse que la frontera ha contribuido al crecimiento urbano, poblacional y económico del pequeño asentamiento que en su día fue Tijuana[2], debido fundamentalmente a ser el lugar de tránsito obligado para llegar al interior de la península, y a su dependencia económica con respecto a los Estados Unidos. Según Verduzco (1995), el vínculo mantenido por Tijuana con la ciudad de San Diego ha favorecido la presencia de actividades económicas, tales como el comercio y los servicios asociados al turismo, algo que ha repercutido en toda la Baja California. Pero existen  posturas críticas al respecto, ya que hay autores como Alegría (2007) que advierten que pese a que existe una gran interacción entre estas dos ciudades, no ha habido una verdadera integración entre las mismas, por lo que no cabe hablar de la existencia de una unidad metropolitana binacional.


Admirando el “Sea Port” de San Diego. La magnificencia de las infraestructuras de la ciudad contrastan con las de Tijuana



El crecimiento de la ciudad de Tijuana, se ha ido dando de forma paulatina, pudiéndose destacar varias etapas, las cuales están marcadas por diversos acontecimientos.

a. La leyenda Negra de Tijuana: “La ciudad del vicio[3]
En 1911, conforme señala Zenteno, R. (1995), se prohíben en California las cantinas y las carreras de caballos, como consecuencia de la existencia de una corriente moralista, que rápidamente se extendió por todo el país. La cercanía de Tijuana con San Diego y Los Ángeles motivó el traslado a la ciudad de negocios estadounidenses dedicados a estas actividades prohibidas.

En enero de 1920, la aprobación y entrada en vigor de la “Ley Seca” o “Ley Volstead”[4] mediante la reforma número XVIII de la Constitución, que prohibía la producción, venta y consumo de bebidas alcohólicas en todo el país, contribuyó a acelerar aún más el proceso de asentamiento de nuevos negocios, pero en su mayoría eran propiedad de ciudadanos estadounidenses que vivían en San Diego, por lo que los grandes beneficios se quedaban al otro lado de la frontera. Tijuana era visitada por gente adinerada, famosos, actores de Hollywood, gangsters, etc., y el contrabando, el juego, la prostitución y otras actividades relacionadas fueron alimentando la “leyenda negra”[5] de la ciudad. Por ello, tras la derogación de la Ley Seca en 1933, la economía de Tijuana comenzó a tambalearse, de tal modo que el comercio se convirtió en el motor de desarrollo de la ciudad, para lo cual se hizo necesario la adopción de medidas específicas, como la exención de aranceles aduaneros (Zenteno, R., 1995).


Hotel Caesars, en la Avenida Revolución de Tijuana, B.C., fue un lujoso Spa y Casino durante la década de los años 20 y 30.
Posteriormente, en 1941, Estados Unidos entró en guerra, estableciéndose en San Diego la mayor base naval del país: North Island, que conllevó el incremento del turismo en Tijuana por parte de los soldados que esperaban ir a la guerra o regresaban de la misma. Durante la postguerra, la tendencia fue similar, motivada por el auge económico del país vecino, de tal modo que los centros de “vicio” y el comercio prosperaron de manera significativa.

b. Tijuana: ciudad de oportunidades[6].
     
En 1942 se aprobó el Programa Bracero, por la necesidad de mano de obra mexicana, de modo que Tijuana se conviertió en lugar de tránsito o de residencia definitiva en espera de oportunidades laborales, tanto de migrantes amparados por este programa como de migrantes indocumentados (Zenteno, R., 1995). La prosperidad vivida en la vecina California se vio reflejada entonces en la economía y demografía de Tijuana, que sufrió una expansión demográfica sin precedentes, alcanzando, según el INEGI, la cifra de 165.690 habitantes en 1960[7] (dinámica expansionista que se ha ido manteniendo hasta el día de hoy).
     
Cuando finalizó el Programa Bracero, en la década de los 60, Tijuana se encontró con un grave problema: volvía a ser paso obligado de los migrantes que retornaban de EE.UU, y hubo un ascenso en el número de personas que emigraban desde Mexicali, aquejada por la crisis en la producción de algodón, por lo que existía un exceso de mano de obra que la ciudad era incapaz de absorber.
     
Tijuana era vista como un “lugar de oportunidades”, tal y como señalan Sánchez, I.L.,  García, R.M. (2011) por dos motivos: 1) la frontera no estaba tan bien vigilada como en la actualidad, por lo que era el sitio idóneo para el cruce; y  2) los que no lo lograban, se iban asentando libremente en el territorio.
    
Así, en este contexto, el Gobierno Federal de México decidió implantar el Programa de Industrialización Fronteriza, como estrategia para emplear a aquel excedente de mano de obra. Eso fue acompañado del establecimiento de la Política de Fomento a la Industria Maquiladora de Exportación el 20 de mayo de 1965[8]. Desde entonces, dicha industria ha influido no sólo en la economía de México, sino también en su tejido socio-cultural. Pero la proliferación de las maquiladoras en México ha tenido efectos negativos y algunos positivos. Según Sánchez, I.L. y García, R.M. (2011), provocó que existiera un aumento de las desigualdades en la región, tuvo un elevado coste medioambiental y se dependía en exceso de las importaciones. Sin embargo, su cercanía con los EE.UU hizo que tuviera éxito, y hoy sigue siendo la principal fuente de empleo de la región, aunque como señala el Clark, V. (2012)[9], esta industria está en este momento contraída, generando sólo una media de 150.000 empleos.

Fuente: INEGI (VI, VII, VIII, IX, X, XI y XII Censo General de Población y Vivienda).  Elaboración propia.

c. La Tijuana de hoy: claros y oscuros.
     
Todos estos factores, han traído un crecimiento desmesurado y desigual del tejido urbano en Tijuana, lo que le da hoy en día a la ciudad un aspecto desorganizado, con segregación entre zonas, que reflejan las desigualdades sociales que afectan especialmente a la periferia. Según Clark, V. (2012), mientras que en la “mancha urbana” existen condiciones de tranquilidad y paz social, en las colonias adyacentes (donde las viviendas construidas de forma anárquica carecen en muchas casos de las condiciones idóneas de habitabilidad, o no existen adecuadas infraestructuras urbanas en cuanto a alcantarillados, calles asfaltadas, etc.), se pueden encontrar bolsas de pobreza que generan situaciones de exclusión social, y donde la violencia, la inseguridad, la venta de drogas, y las inundaciones son la tónica general.
   


Vistas de la ciudad desde la Colonia Postal de Tijuana, en la periferia.

Además, la reciente historia de Tijuana ha estado protagonizada por la violencia desatada por parte de los principales cárteles de la droga radicados en el municipio. Según Clark, V. (2012), la violencia extrema con la actuaba el crimen organizado fue debida a la lucha por el control de la hegemonía en la zona. La batalla mantenida entre el cártel de Tijuana, conocido como la Organización de Arellano Félix (OAF), y el cártel de Sinaloa, liderado por el celebérrimo Chapo Guzmán, arrojó de 2008 a 2011 unas 2.325 muertes oficiales en Tijuana, así como 390 desapariciones[10].

Este enfrentamiento dejó en la ciudad imágenes dantescas, en la que la aparición de cuerpos decapitados y descuartizados se convirtió en algo habitual. Sin embargo, la situación ha mejorado notablemente debido a dos circunstancias: a) el gobierno federal fortaleció los operativos para garantizar la seguridad de la zona; y b) los cárteles de la droga acordaron una tregua, ya que el negocio también se estaba viendo afectado por tanta barbarie.

Así, hasta el año 2011, los niveles de violencia fueron descendiendo, de forma tal que el número de víctimas por estas causas ya sólo eran 470 (frente a las 844 de 2010)[11]. Aunque, según apunta Ramos, J.M. (2012),[12] pese a los esfuerzos realizados, el consumo de drogas baratas está aumentando y los grupos delictivos están utilizando nuevas estrategias, como los “narcomenudistas” para su venta y distribución. Además, el cártel de la Familia Michoacana, productor de metanfetaminas, también está operando en la zona.


El Bordo ha sido una zona tradicional de distribución y consumo de drogas.



"Bienvenido a Tijuana". Arco de Tijuana, en la Avenida Revolución.

Zona Norte, cercana a la garita de San Ysidro, que comienza justo tras el famoso arco de Tijuana, en la Avenida Revolución. Los negocios del sexo son habituales en esa parte de la ciudad.

Pero a pesar de todo, Tijuana es también una ciudad que está en constante movimiento, y en la que el “ir y venir” continuo de la gente hacen que su composición demográfica sea absolutamente heterogénea. Siempre está en plena ebullición, y pareciera que nunca duerme. En definitiva, es un lugar de contrastes, en donde los tradicionales bares, las tiendas de souvenirs, de artesanías y taquerías, los hoteles, las farmacias, las casas de cambio, y las barberías, conviven con el arte callejero, las Iglesias, las Universidades y con espacios culturales alternativos como el Centro Cultural Tijuana (CECUT) o el narcotúnel reconvertido conocido como la Casa del Túnel “Art Center.                                                                                               

En las escaleras del CECUT. http://www.cecut.gob.mx/

Los locales de ocio están dirigidos al turista.

Músicos callejeros

Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.

El Foro Antiguo Palacio Jai Alai 

Puesto callejero de tacos. Os lo he de confesar: todos los días los echamos de menos. Son deliciosos.

Continuará...




[2] En 1900, habían 242 pobladores censados en el “Rancho de Tía Juana” (de donde se dice que proviene el nombre de la ciudad). Fuente: INEGI- II Censo General de Población y Vivienda. La población se concentraba en el centro (Alegría, 1992), y su actividad estaba basada en la agricultura y la ganadería.
[3] Sánchez, I.L. y García, R.M., (2011:113).
[4] Piñera, D. y Verdugo, M. I. “Efectos de la Ley Seca en la Franja Fronteriza (1920-1933)”. Visión Histórica de la Frontera Norte de México. Tomo V. UABC. (Mexicali) Ed. Kino/El Mexicano. (1994).
[5] La presencia del mafioso italoestadounidense Alfonso Capone en el mítico casino de Agua Caliente contribuyó a difundir un halo de misterio, fama y leyenda a la ciudad. Fuente: Martínez, J. “Al Capone en Tijuana”. (2004). http://www.jornada.unam.mx/2004/02/06/016a2pol.php?origen=opinion.php&fly=1 [Consulta de 13 de febrero de 2013].
[6] Sánchez, I.L. y García, R.M., (2011:113).
[7] VIII Censo General de Población 1960. 8 de junio de 1960. Las tasas de crecimiento que alcanzó su población desde 1940 hasta 1960 fueron de más del 9%, por encima de los de la misma región fronteriza en su conjunto. Tijuana fue  así durante estas dos décadas, la sexta ciudad con mayor participación respecto al saldo neto migratorio del total del país. http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/censos/poblacion/1960/bc/VIIICGPEBC60I.pdf [Consulta de 14 de febrero de 2013].
[8] Nace a mediados de la década de los sesenta, como una respuesta económica al encarecimiento de la mano de obra que tuvo lugar en Japón y Estados Unidos, países altamente industrializados. Se trata de cualquier manufactura parcial, ensamble o empaque llevado a cabo por una empresa que no sea el fabricante original. http://clg-abogados.mx/pdf/ABC_Industria_Maquiladora_Exportacion.pdf [Consulta de 14 de febrero de 2013].
[9] García, F. “Pacto entre cárteles conjuró la violencia en Tijuana”.(01.04.2012). Agencia Quadratín. http://www.quadratin.com.mx/Noticias/Pacto-entre-carteles-conjuro-la-violencia-en-Tijuana [Consulta de 12 de febrero de 2013].
[10] Millan, Omar. “Cárteles de la droga dividen a Tijuana”. 17.01.2011  http://www.sandiegored.com/noticias/3882/Carteles-de-la-droga-dividen-a-Tijuana/ [Consulta de 20 de febrero de 2013].
[11] Clark, V. “El Modelo Tijuana”. http://www.proceso.com.mx/?p=317763 [Consulta de 20 de febrero de 2013].
[12] Sotola, C. “El Chapo y la OAF se benefician de la venta de drogas al menudeo en Tijuana”. http://agorarevista.com/es/articles/rmim/features/online/2012/11/15/drug-retail [Consulta de 20 de febrero de 2013].

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